lunes, 2 de diciembre de 2013

POESÍA ERÓTICA GRIEGA

SAFO DE LESBOS (600 a.C)

De "Los cantos de Safo: Libro I"


Cuando te miro frente a mí sentada
no a Hermione, sino a la rubia Helena
no sería impropio compararte
si a los mortales les fuera permitido...

Te requiero a ti, para que cantes,
Góngyla. Toma en tu mano, Abantis, la pektís
mientras mueve sus alas sobre ti el Deseo,
mi hermosa. La túnica de ésta
te hizo estremecer cuando la viste.
Yo me complazco, pues la propia Afrodita,
la pura, me censuraba un día...


Hace ya mucho tiempo, Atis, que estuve enamorada de ti.
Tenías el aspecto de una muchacha pequeña y desgarbada.

No sé qué camino tomar. Tengo dos pensamientos.

Por fin viniste. Yo te anhelaba
y tú has refrescado mi corazón que ardía de deseo.

Pues el que es hermoso, es sólo hermoso ante los ojos.
El bueno, en cambio, en ese instante será así mismo bello.

Eros ha sacudido mis entrañas
como viento que se abate sobre los robles de la sierra.

Yacerás muerta y nunca habrá un recuerdo de ti, ni añoranza
en el futuro, pues en las rosas no tienes parte alguna
de Pieria. Como sombra vagarás en la mansión de Hades
entre lívidos muertos revolando.

¿Qué pueblerina hechiza tu pensamiento?
¿Quién, vestida con esa túnica del campo,
que no sabe llevar la franja sobre sus tobillos?

Tiene mejor figura Mnasidice que la tierna Girino.

La luna se mostraba en plenitud
cuando ellas, en pie, rodeaban el ara.


De nuevo Eros, que los miembros afloja, me sacude,
una fiera agridulce, incombatible.
Atis, te resultaba odioso pensar en mí
y te marchas volando junto a Andrómeda.

No hay que dar el corazón a los plebeyos,
pues nada lograremos, Biquis, en nuestra oscuridad.
Entre los remedios es el mejor
escanciar vino y embriagarnos.





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